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  • Foto del escritorjuan berdugo

84 años rumbo al Himalaya... el cielo no es el limite.


Carlos Soria parte al Dhaulagiri, «No es duro a los 84 años ir al Himalaya, sé a lo que voy».

Carlos Soria partía ayer con su gran amigo Sito Carcavilla a intentar el Dhaulagiri. Su plan es, durante los próximos días, caminar por el Khumbu para así comenzar la aclimatación, y estar en el campo base del Dhaulagiri el 10 u 11 de abril. Pocas horas antes de partir de expedición mantuvimos con él esta conversación.


Lo que está haciendo Carlos a sus 84 años es algo que nos inspira y motiva a todos a vivir intensamente, porque nos enseña que no hay excusas para vivir tus sueños en cualquier época de la vida. Aunque sea tan “loco” como intentar un ochomil nada fácil como es el Dhaulagiri, una montaña compleja y peligrosa.

Cómo nos transmite en esta entrevista, Carlos ha vivido los últimos días muy preocupado, pendiente de los resultados médicos de un problema que le fue descubierto recientemente. Por suerte todo quedó en un susto y ha podido marchar, tan motivado como siempre, para disfrutar de esta pasión por la montaña que inició cuando tenía 14 años. Setenta años después Carlos sigue cumpliendo su sueño de disfrutar del alpinismo. Para ello, además de cuidar mucho su alimentación, horarios… sigue entrenando mucho, algo que le apasiona.

Un dato interesante que muestra la pasión de Carlos Soria por el himalaya y el alpinismo, que hace evidente que marcha al Dhaulagiri no para batir un récord de edad, sino para seguir disfrutando del alpinismo, como lo ha hecho en todas las etapas de su vida: en 1973 participó en la primera expedición española al Himalaya, que intentó el Manaslu. Cincuenta años después Carlos sigue marchando de expedición al Himalaya. Pocos alpinistas han vivido tantos años y tan intensamente este deporte.

Resulta increíble que una persona que representa tanto como deportista, y a nivel humano, no cuente con ningún apoyo público ni de empresas privadas. Algo difícil de entender, pues si alguien está transmitiendo un mensaje inspirador, motivador, realmente importante para la sociedad, es este hombre que a sus 84 años va a intentar un reto absolutamente único a nivel mundial.

Estas son algunas de las ideas que nos transmitía en la conversación que tuvimos en su casa pocas horas antes de su partida:

«He pasado uno de los peores meses de mi vida»

«Ha habido mucha incertidumbre antes de partir de expedición. He pasado uno de los meses peores de mi vida. En una radiografía que me hicieron detectaron un bulto en la vejiga, me dijeron que me tenían que operar ya mismo, cuando estaba a punto de irme de expedición. Tras la operación me dijeron: «tienes una vejiga muy fea pero sana»… Pasé muy malos ratos. Tengo las dolencias típicas de la edad pero las voy superando y estoy encantado de marchar otra vez al Dhaulagiri«.

¿Qué tiene el Dhaulagiri que le atraiga tanto? Su respuesta: «8.167 metros, y una estampa muy bonita, y que ma ha rechazado muchas veces, pero sé que puedo subir y quiero subir y lo voy a intentar. Quizás sea esta la última oportunidad que tenga».

«Una montaña complicada en la que he vivido muchas experiencias»

Cuando le preguntamos si no le desmotiva ir a una montaña en la que ha pasado tanto tiempo nos responde: «No sé ni me importa el tiempo que he estado en el campo base de esta montaña. Lo he pasado muy bien allí. No me da ninguna pereza. He ido a muchas montañas y sigo yendo. Al Dhaulagiri quiero subir. Es una montaña en la que he vivido muchas experiencias, en la que he estado muy cerca de su cima… y quiero volverlo a intentar otra vez».

Tiene claro cómo es este ochomil: «Es una montaña complicada. El último día es bastante difícil. Empiezas en el campo 3, que está medio en cuesta, muy incómodo, muy mal… Allí pasas una noche fatal. La última noche que pasamos allí, Sito y yo en el campo 3 no se la recomiendo a nadie, llegamos nevando con viento, con las cuerdas prácticamente enterradas… Pero esto es así. Esta vez será mejor. Y a lo mejor subimos. Vamos a ello».

«El rocódromo me viene muy bien para mantener el músculo, para la rodilla y también para la cabeza»

A sus 84 años de edad, Carlos Soria ha sumado la dificultad añadida de ascender con una prótesis en la rodilla. Cuando le preguntamos sobre ello nos explica que no es el único problema al que se enfrenta, pues tiene muchas otras dolencias debido a la edad: «el sistema periférico nervioso, la espina dorsal , la cresta ilíaca -que de vez en cuando me duele-… pero procuro superarlos».

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